SALA B
Una Llama Silenciosa
Benjamín Coria
24 de abril del 2025 - 22 del junio del 2025
Texto de curaduría
Benjamin Coria (Orizaba, 1888) es una de las figuras más singulares y silenciosas de la pintura mexicana del siglo XX. Formado en la Academia de San Carlos junto a artistas como Diego Rivera y José Clemente Orozco, y posteriormente en la Ecole des Beaux-Arts de París, Coria se movió entre dos mundos: el rigor académico mexicano y las inquietudes espirituales y formales de la vanguardia europea. Fue amigo de Modigliani y se le reconoce como el único mexicano documentado dentro del movimiento vorticista en Londres. Sin embargo, su obra permaneció largamente al márgen de los discursos dominantes del arte moderno, en una discreta pero poderosa resistencia estética.
Una llama silenciosa, primera exposición individual de Coria en el Museo de Arte de Sonora, presenta una selección inédita de su obra, revelando un lenguaje plástico profundamente introspectivo y poético. Lejos de las rupturas formales del arte moderno europeo, Coria construyó una modernidad alternativa que no rechaza la tradición, sino que la reinventa desde el símbolo, la contemplación y la espiritualidad.
Su imaginario se nutre tanto de la pintura simbolista y la iconografía cristiana, como del humanismo clásico y la visión teosófica del mundo: árboles secos que se entrelazan como metáforas del tiempo y la resistencia, rayos dorados que irrumpen desde cielos nublados como emblemas de revelación y conocimiento, figuras humanas que meditan, se elevan o se funden con el paisaje. La naturaleza, en su obra, no es un fondo sino un espejo del alma. La luz, cuidadosamente trabajada, no sólo ilumina la escena: la transforma en espacio místico.
En tiempos marcados por la velocidad y el espectáculo, Benjamín Coria nos invita a detenernos y mirar con otros ojos. Su obra no grita: susurra. Nos recuerda que el arte también puede ser una llama silenciosa, encendida no para deslumbrar, sino para acompañar en el lento descubrimiento de lo esencial. Esta exposición es una oportunidad para redescubrir, en su justa medida, el valor de la introspección, la memoria y la contemplación.
Curaduría
Octavio Avendaño Trujillo



